Se destaca iniciativa de Asociación de Mujeres Indígenas



Relmu Witral, Asociación Indígena de mujeres tejedoras de Tirúa, fue una de las 20 experiencias destacadas en el Concurso Buenas Prácticas en el Desarrollo de los Territorios. El reconocimiento fue entregado por la representante del SERNAM, Silvia Musalem, a la presidenta María Angélica Pérez Pilquimán, para destacar el esfuerzo y constancia de las mujeres creadoras y gestoras de sus propios sueños.
En el marco de la premiación del Primer Concurso de Buenas Prácticas para el Desarrollo de los Territorios, fue reconocida la Asociación de Mujeres Indígenas que representa a 151 mujeres mapuches Lavkenche de la comunidad de Tirúa.
En la oportunidad, la iniciativa recibió una mención honrosa por las cualidades de esta asociación, conformada por 17 grupos de tejedoras de la zona, y por la transparencia desarrollada al interior de la organización. Dichos grupos se reúnen y se informan mensualmente sobre el negocio, participan activamente en la toma de decisiones, permitiendo así optimizar continuamente los procesos e incorporar innovaciones. Prácticas que han llevado a la organización a incrementar sus ventas año a año, llegando a transformarse en la empresa más grande de Tirúa, y así la comuna se ha convertido en una especie de cluster del tejido artesanal.Durante la premiación fueron reconocidas, otras veinte experiencias, que junto RELMU WITRAL compartieron su quehacer en el seminario, al cual llegaron tras superar a otras trescientas postulaciones.Esta iniciativa surge el año 2001, cuando distintos actores que trabajaban con grupos de tejedoras en Tirúa se articularon para apoyar la comercialización de sus productos. Hoy, esta organización adquiere 2 millones de pesos en tejidos al mes, lo que genera un fuerte impacto en las familias de esas mujeres y en todo el territorio comunal, con ventas que superan las 4.000 prendas al año, en mercados locales, regionales, nacionales e internacionales. Ello evidencia la capacidad local de visualizar ventajas comparativas y competitivas de sus productos a base de lana de oveja natural.La participación de las mujeres dueñas de casas y jefas de hogar nos demuestra la perseverancia y el deseo de crecer mediante la valoración del trabajo de las mujeres lavkenche, junto al rescate de la tradición tejedora, y por sobre todo, destinar parte de su tiempo consagrado a labores habituales en el hogar a esta hermosa tarea artesanal, lo que involucra a las mujeres en todas las etapas de elaboración de los productos y actividades anexas durante todo el año.Dichas etapas de elaboración comienzan con la esquila de las ovejas en época estival, hecho que en muchos casos involucra a mujeres en la crianza y conservación de estos animales durante todo el año para obtener la materia prima. El teñido o coloración de la lana con pigmentos naturales, es antecedido por la identificación y recolección cautelosa de variedades de productos vegetales y minerales presentes en la zona. El lavado y secado de la lana, el escarmenado, hilado utilizando los tradicionales husos y sus manos diestras, el teñido empleando la sabiduría y los secretos ancestrales que rodean esta técnica. Culminando con el tejido y la elección de los colores obtenidos, utilizando telares o palillos según el producto a elaborar. Tareas que nos señalan la feria y creativa participación femenina.Los productos obtenidos se pueden clasificar en artículos de decoración, vestir y accesorios, confeccionados con anhelo y dedicación día con día, los cuales pasan por una revisión de calidad, para finalizar en la etapa de comercialización, donde participan representantes de las creadoras. Entre los productos destacan las alfombras, murales, mantas típicas, chalecos, lamas, frazadas, echarpes, ponchos, gorros, calcetas, bufandas, cinturones, bolsos, lana hilada para tejer.

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